Si te dijera que estoy de nuevo contigo, ¿lo usuarías en mi contra?

Es la segunda vez que me ocurre. De la primera vez ya ha pasado una década pero todavía lo recuerdo como si fuera ayer. Tarde de septiembre, fiestas en mi pueblo. Era la hora de los toros y yo fui esa tarde a la plaza más contenta que unas castañuelas, y no precisamente por mi pasión hacia el mundo taurino. Con mi inseparable walkman me pasé las dos horas que duraba la corrida escuchando atónita el primer single del tercer álbum de Britney: "I'm a Slave 4 U". La canción era algo completamente diferente en lo que por entonces se concebía dentro del denominado "pop adolescente" y de la propia carrera de la norteamericana. Desde el primer momento me enganchó: era algo arriesgado, diferente, adictivo. De hecho aún a día de hoy sigue siendo mi canción favorita de ella. Aquella canción y aquella Britney revolucionaron el mundo.

Ya han pasado diez años de entonces. Las cosas han cambiado mucho. Para Britney, para mí y entre las dos.
Esta vez no había en mí una gran expectación por escuchar el nuevo material de Spears. A pesar de que su último disco “Circus” me parece una maravilla y de sus mejores obras, mi admiración hacia ella ha ido en declive. Sin embargo, Britney siempre será Britney y era inevitable que no diera al “play” y escuchara la canción.
Con total agnosticismo dejé que me mostrara “ese gran éxito que había creado”. El comienzo no fue bueno; nada más escuchar esa base tecno-dance me temí lo peor. Sin embargo de pronto pasó algo que yo ya creía inimaginable: arranca la lírica y escucho a Britney. Sí, la escucho a ella y no a una versión distorsionada de su voz. ¡Qué sorpresa fue escucharte de nuevo! A partir de ahí sólo puedo decir que tras una primera escucha pensé: sí, lo has hecho bien Britney.
Era un día triste para mí y como en los viejos tiempos Britney conseguiste hacerme olvidar por un rato la realidad al otro lado de mis auriculares. No pensé que lo volverías a lograr pero una vez más me sorprendiste.

Te has arriesgado, esto no tiene nada que ver con lo que has hecho antes. Se que en el disco habrá canciones aún mejores, pues los primeros singles nunca suelen ser los mejores temas ni de lejos. Te has adaptado a lo que “se lleva ahora” y lo has llevado a tu terreno. Musicalmente eres tú. En ese aspecto nunca dejaste de serlo, tus últimos discos son de lo mejorcito de tu carrera (junto a “Britney”).

El problema viene cuando vuelvas a poner frente a mí, cuando de nuevo nos veamos las caras y me enseñes todo lo que tienes. No quiero de nuevo una Britney deslucida que parece que ya no tiene ganas de bailar, ni de subirse a un escenario. Quiero que la cantante refleje lo que me transmite su música de nuevo: energía, ganas de comerse el mundo.
Te has arriesgado de nuevo y espero que esto lo lleves hasta el final y vuelvas a donde te corresponde. Ha llegado el momento de despertar y de dejar que las que vienen te coman el terreno.
Pese a las críticas y decepciones, estoy de nuevo contigo Britney, quiero volver a creer en ti. Así que, si después de todo hoy te dijera que voy a comprar con los ojos cerrados tu disco, ¿lo usuarías en mi contra?